Según la medicina tradicional china el dolor y la enfermedad se originan a consecuencia de un desequilibrio entre las dos fuerzas que rigen el cuerpo humano, el ying y el yang y este desequilibrio bloquea el flujo de la energía vital, o qi. La acupuntura consiste en insertar una serie de agujas muy finas en la piel del paciente, a distintas profundidades, para estimular puntos específicos del cuerpo, con el fin de restaurar el flujo y equilibrio de energía en el interior del organismo.
Muchos estudios avalan la efectividad de la acupuntura en el tratamiento del dolor, y está indicado su uso, por ejemplo, para aliviar el dolor postoperatorio. También se emplea en afecciones como sinusitis, asma, migraña, neuralgia del trigémino, síndrome premenstrual y dismenorrea, ciática, lumbalgia, artrosis, problemas gastrointestinales, insomnio, etc.